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Almorox, Villa con Encanto

Iglesia Parroquial de San Cristobal

La Iglesia Parroquial de San Cristóbal, declarada como Bien de Interés Cultural en el año 1983, es un edificio gótico de transición cuya construcción se inició en el año 1509, durante el reinado de los Reyes Católicos, a cargo del arquitecto Gil de Hontañón.

Está construida en piedra de sillería cimentada sobre la misma roca, que anteriormente era otro edificio cuya titularidad era “Parroquia de San Cristóbal y San Cucufate”. Los restos aparecidos en el patio trasero de la iglesia y debajo de la actual casa de la cultura, parecen indicar que estaría ahí localizada.

Plano

plano de la iglesia

Retablos:

  1. Retablo mayor dedicado a Nuestra Señora de la Asunción
  2. Retablo Gótico o de San José
  3. Retablo de La Inmaculada Concepción
  4. Retablo de San Roque atribuido a Correa de Vivar.
  5. Retablo de Santa Lucía atribuido a Berruguete
  6. Retablo de San Antonio

La iglesia tiene planta basilical compuesta de cinco tramos siendo el último dedicado a un gran coro o tribuna en el piecero. La nave única queda aislada de la cabecera donde se encuentra el presbiterio a través de un característico arco triunfal; dicho presbiterio presenta una planta poligonal de tres paños, siendo este cuerpo de menores dimensiones que la nave, y queda cubierto por una bóveda de crucería. La nave se cierra con bóveda de crucería apoyada en arcos fajones de medio punto y formeros apuntados.

Portada principal

Portada principal de la Iglesia

El acceso se realiza a través de la portada principal o pórtico, cuya construcción fue realizada por Juan Fernández y pertenece al estilo plateresco, pudiéndose observar elementos góticos mudéjares. A ambos lados de la misma, se ubican dos columnas de fuste estriado que cargan sobre pedestales y finalizan en capiteles corintios que tienen cabezas de carnero como volutas. Se compone de una única nave con una bóveda de cañón sustentada en arcos ojivales y reforzada mediante nervaturas.

El altar mayor

Altar mayor

Una vez en el interior, destaca el retablo del altar, cuya construcción se inicia en el año 1781 y está dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, al que posteriormente se añadió un óvalo con la imagen de San Cristóbal. La parte baja del retablo está construida en mármol y la parte superior en madera.

La mesa del altar de granito se inauguró el 11 de enero de 1996, donde entre las dos columnas que sirven de base, se colocó una estrella de bronce que aloja la reliquia de San Abundio. 

La sacristía y púlpito

Púlpito

A la izquierda de la capilla mayor se encuentra ubicada la sacristía, una obra magistral en cuanto a su geometría, seña de identidad de su arquitecto, Alonso de Covarrubias. Su construcción comenzó alrededor del año 1552 con un estilo puro y clásico sin ninguna relación con el plateresco, lo que contrasta con la riqueza y ornamentación de la portada principal. Exteriormente está realizada en piedra de sillería, tiene ventanas a dos niveles y una cúpula de arquitectura severa de gran proporción y extraordinariamente simétrica. En su interior y a su parte derecha, se encuentra el acceso a la escalera de caracol. La subida al campanillo y a la bóveda de la iglesia se realiza desde la torre.

A la izquierda del altar, junto a la sacristía, se halla el púlpito de estuco, desde donde se dice que alguna vez predicó San Vicente Ferrer al caminar por tierras toledanas. Data de principios del siglo XVI y pertenece al estilo gótico-mudéjar. Está compuesto por cinco caras, cada una distinta, realizadas en labores caladas; la central parece aludir a la parábola del Hijo Pródigo. A la derecha del templo, frente al púlpito de estuco, se localiza el púlpito de hierro forjado, realizado por Pedro Gómez Roche en el año 1738. 

Los tesoros de la iglesia

La arquitectura de la iglesia se embellece y complementa a la perfección con los tesoros que alberga en su interior, cuya variedad engrandece su riqueza. Entre los elementos ornamentales que posee la iglesia destacan la armadura del órgano sobre el coro, los distintos retablos de sus muros, sus imágenes, la barandilla original de madera sobre la que descansan las lanzas de la Sargentería y objetos tan preciados como una campanilla del S. XVI elaborada en bronce y la concha bautismal del S. XVIII.

Durante la Guerra Civil se destruyó parte del órgano del que tan solo queda su armadura barroca con tracerías vegetales, compuesta por dos cuerpos con tres calles separadas entre sí por columnas. El antiguo instrumento está ubicado en el coro, donde actualmente se pueden observar las lanzas y las banderas que se utilizan en la tradicional Hermandad de Ánimas.

En el altar, la capilla y los muros hay seis retablos dedicados a distintos santos y vírgenes entre los que destacan el de San Roque, atribuido a Correa de Vivar, y el de Santa Lucía, atribuido a Alonso de Berruguete.

retablo atribuido a Correa de Vivar

El retablo de Correa de Vivar se encuentra en la calle central de la iglesia en su muro sur, con una clara arquitectura plateresca en madera dorada. La decoración es un relieve de figuras humanas, animales y motivos vegetales clásicos que guardan la imagen de San Roque y otros santos pintados en sus tablas, cuyos rasgos italianizantes rafaelescos y leordanescos sitúan la obra hacia el año 1560.

retablo atribuido a Alonso Berruguete

En cuanto al retablo atribuido a Alonso Berruguete, está ubicado junto a la puerta del Sol en el muro sur y compuesto por una ensambladura con hornacina, en madera dorada y cinco cuadros sobre tabla. Su estilo reúne todas las características del plateresco, incluida su simetría y una rica decoración que expone la imagen de Santa Lucía. Su temática es religiosa, exaltada por elementos paganos y decorados con medallones y victorias cuya ensambladura fecha la obra a mediados del S. XVI.

 La parroquia tiene página propia, visítela si desea obtener más información.

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